Las Minas de Moria

Las Minas de Moria, el Abismo Negro, es el nombre que se le dió al inmenso complejo minero enano que había bajo la parte intermedia de las Montañas Nubladas. Allí Durín I el Inmortal, patriarca ancestral de los Enanos Barbilargos, fundó Khazad-dûm, los Salones del Enano, el más grande Reino Enano que jamás haya habido. Los grandes descubrimientos de los Enanos, junto a sus increibles  métodos de construcción y excavación aquí desarrollados cayeron en el olvido, cuando en el 1980 de la Tercera Edad los Mineros de Moria excavaron tan profundo que despertaron por accidente a un Balrog de Morgoth que, temiendo la cólera de los Valar,  había decido ocultarse en las profundidades abisales bajo estas montañas hasta que su Maestro le reclamara de nuevo. Él mató a Durin VI de Khazad-dûm, de ahí su nombre de Daño de Durin, y a su hijo Náin I un año después, por lo que los enanos tuvieron que abandonar Moria, la cual fue habitada progresivamente por orcos y trasgos desde entonces, siempre y cuando no le molestaran y le ofrecieran habitualmente sacrificios. Liderados por el Rey de la Casa de Durin, Thror, tras su expulsión de Érebor por Smaug el Dragón en el 2770 de la Tercera Edad, los Enanos del Pueblo de Durin trataron de recuperar Khazad-dûm pero se encontraron con un ejercito orco comandado por Azog de Moria, el Orco Pálido, lo que le costó la vida a Thrór y a gran parte de su gente. Balin de Érebor, presindente de la Liga de Expedicionarios, partió hacía Khazad-dûm desde allí en el 2989 de la Tercera Edad con una hueste a sus ordenes dispuesto a reclamar Moria. No se recibió noticia alguna de Balin desde entonces.